Mi compañero
No importa las veces que te caíste, ni las veces que te paré, no importa mi tropiezo o tu acierto, nada importa si tu camino es blanco o el mío negro, no importa más que lo que creo y en lo que tu creas, somos fugitivos del viento, somos enemigos de la normalidad, residuos de los tiempos, cantos añejos en las cuerdas del mañana.
No me mires raro, porque sé que soy peligrosa para ellos, están confundidos con las cosas que digo, pero qué más da, si total, ellos tampoco sobrevivirán a nuestro final, somos margaritas en los labios de los muertos, destellos en los caminos de los perdedores, es tarde para recomenzar, mírame los pies, están desahuciados, están cansados de girar en su carrusel existencial.
No me cantes las canciones de la radio, me las sé desde antes de que se escribieran , el adiós se huele en los árboles, hiela la mirada pero es lo mejor que nos pudo pasar. Vamos a otro lugar donde las sombras brillen todas, donde las formas de la noche se bailen a pleno día, y que la felicidad toque su diana y marque la marcha tirana de los que ríen en sus máscaras.
No me cierres la sesión, deja que el computador se apague solito, es más inteligente que yo, o al menos es lo que pienso, porque no sabe de estos secretos que guardo en mi cabeza, y que me tienen presa del teclado ideario, las uñas se reducen y la mano es porfiada porque no me hace caso y toma la pluma para jugar con los garabatos que desnudo en la hoja a veces virtual otras real, pero que se vuelan con el otoño que me acompaña.
elisa©lichazul